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La así llamada "Cacería de Herejías" es un Deber

por J.J. Andrew

Publicado por Robert Roberts

(véase la referencia IFC 'The Christadelphian', agosto de 1886)

 

"Toda cacería de herejías es del  diabolos", dice la carne. "Probad los espíritus si son de Dios", escribe el Espíritu; y la razón que se da es "porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Juan 4:1).

 

Los "falsos profetas" eran maestros de herejías, pero profesaban alcanzar aquello que es verdadero. Había dificultad para identificarlos, y por lo tanto todos los maestros de cosas divinas habían de ser probados para determinar cuál enseñanza era genuina y cuál era adulterada. El objeto de la prueba era para que los maestros de herejías fueran repudiados.

 

El Espíritu en Pedro, al escribir acerca de Israel, dice:

"Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató" (2 Pedro 2:1).

¿Cómo habían de ser tratados semejantes falsos profetas? Moisés dice: "Tal profeta... ha de ser muerto" (Deuteronomio 13:5).

Incluso un "hermano", "hijo", "hija", "esposa"  o un "amigo" que intentara introducir idolatría no había de ser perdonado (vs. 6-11). El objeto era que Israel debía ser purgado de todo mal.

 

Las comunidades habían de ser tratadas sobre la base de los mismos principios que a las personas individuales. Si se informara que alguien en una ciudad había comenzado a "servir a dioses ajenos" (vs. 12-13), entonces, dijo Moisés (vs. 14-15):

"inquirirás, y buscarás y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación se hizo delante de ti, irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere".

 

La comparación que se hace en la epístola de Pedro entre falsos maestros del Israel carnal y el Israel espiritual es evidencia de que este decreto mosaico contiene una lección para nosotros.

El uso de la espada o  cualquier método destructivo es impensable; una protesta práctica rehusando aceptarlo en la hermandad es la máxima acción permitida. El mandato de "inquirir" no está en desacuerdo con el mandato judicial del Nuevo Testamento; está en armonía con él.

Por lo tanto, cuando se informa que algún hermano o ecclesia está siguiendo una doctrina falsa, no sólo está permitido, sino que es obligatorio que otros hermanos e ecclesias "inquieran, busquen y pregunten  con diligencia" para ver si es verdad, cosa cierta. Si lo es, la responsabilidad del cargo de ellos no deja más opción que repudiar la complicidad con el mal.

 

   Es sobre este principio que se ha tomado la acción eclesial en el tema de la Inspiración. Se informó que existía una falsa enseñanza en el Israel espiritual referente a la autoría de los escritos divinos, y al inquirir, buscar y preguntar con diligencia, muchos encontraron que la denuncia era "cierta".

    Se dirá que algunos han inquirido sin encontrar evidencia; pero es necesario recordar que hay diferentes maneras de inquirir, y que nadie es tan ciego como aquellos que no quieren ver. La evidencia de su existencia es indisputable, y no hay excusas que justifiquen que se haya ignorado. 

 

El rechazo a aceptar responsabilidad por la falsa enseñanza de aquellos que se hallan a distancia muestra una valoración defectuosa de la unidad que debe existir entre todos los miembros del Cuerpo Único: 

"[Que] los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él" (1 Corintios 12:25-26). 

 

   La búsqueda de herejías entre el Israel nacional no era del diabolos, sino de Dios; por lo tanto, la búsqueda de herejías entre el Israel espiritual no puede tener  ningún otro origen. ¿Y cuáles son sus resultados? Tiende a preservar la pureza de la Verdad revelada. Si una prueba para detectar una herejía fuera del diabolos, sería difícil justificar el repudio ante la herejía; y de este modo el Cuerpo Único se contaminaría gradualmente al punto que la doctrina pura desaparecería por completo.

'The Christadelphian', Julio de 1886, página 317. Este artículo fue re-impreso y con pleno respaldo en la revista 'The Christadelphian', Julio de 1945. Haga clic en 'Palabras de Días Más Sanos' para más detalles.

 

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